Me paresco mucho a ti, ¿sabes? Quiza no te has dado cuenta ó talvez como yo, no lo dices. La última vez que visité a mi abuelita (tu mamá) entre en su habitación y como desde siempre, inspeccioné su armario; sí aquel que tiene llavesita pero que nunca le pone candado. Entre fotos, dinero viejo, piezas de porcelana, papeles importantes y antiguos, encontre una hoja de cuaderno con letras de tinta roja y una hermosa caligrafia delicada de mujer. Era una carta escrita poeticamente en prosa, en ese momento todo fue claro para mi.
Recuerdo los dias que me invitabas a quedarme a dormir en tu casa, siempre has sido tan consentidora, mirabamos peliculas bonitas e interesantes, y cuando yo era pequeña me gustaba peinarte el cabello y agarrar tus cosas cuando aun tenias tu cuarto en la casa de mis abuelos ¿recuerdas? aquella que era de color lila y tambien como olvidar el collar de cristal en forma de delfin que me compraste en uno de tus viajes aventureros; Gracias, por todo lo que recuerdo y por todo lo que era muy pequeña para en este momento escribirlo pero que tú interminables veces me relatas con todo el amor en tus ojos.
Lamento que ahora tengas miedo de salir, que los nervios te hagan pensar que pueden más que tu y te aprisionen injustamente. Que no hayas aprendido a manejar, ya no vas al cine, ni al mercado y tampoco viajas más, no tienes esposo, tampoco hijos trabajas desde tu casa pero sonrio al pensar que tienes una fiel compañia.. tus gatitos: Sr jugueton y princesa que acaba de dar a luz a dos mininos.
Tu tambien finjes ser sangrona si la situación no te parece o las personas molestan, tuviste y tienes un pequeño grupo selecto de amigas, admiro tu inteligencia y la capacidad de dulzura que puedes guardar bajo una mirada seria.
Dios, el de las alturas quien esta con nosotros, tiene un plan; y yo confio en él.

Nos parecemos Tia Josephine, aunque no lo sepas o quiza no me lo hayas dicho.