domingo, 22 de noviembre de 2009




Últimamente me han llegado curiosos recuerdos del pasado, en los plenos días en que me encontraba en la búsqueda de mi identidad. Así es, en la queridisima pero igual difícil etapa de secundaria. Fue cuando comenzarón a salir varias películas acerca de princesas adolescentes, catastróficas e inexpertas líderes con una enorme responsabilidad por delante, pero como toda jovensita divertidos momentos a pesar de todo el drama. Ahí fue cuando me inicio una curiosidad acerca de la realeza, leía acerca de la princesa Diana, sus hijos..(sí también me enamoré de William) Pero volviendo al tema me atraía la idea de que un príncipe se hubiera enamorado de una inteligente mujer "ordinaria", así como en los cuentos de hadas que tanto me gustan.


Ahora no importa si visto o no a la moda, si vivo en un palacio o tengo riquezas materiales.
Soy una princesa, que puede llorar y reír como lo que soy, sin fingir etiqueta o sonrisas a las cámaras, casándome con el hombre que me ame plenamente por lo que soy en realidad, a quien yo escoja por amor, conviviendo con mis amigos por ser mis amigos, no porque deban ser lo y todo luzca bien, soy rica en sueños, perdón, bendiciones..


El Rey me ha reconocido como su hija y yo a Él como mi Señor.

2 comentarios:

  1. Mi favorito tambien era William hahahahaha.

    Me da mucho gusto y felicidad tener una hermanita princesa en toda la extension de la palabra (L).

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