Casi siempre menciono que me gusta viajar.
Y es que realmente es algo que disfruto hacer, solo una vez lo he hecho con una amiga y su familia, las demás han sido con la mía.
Me enciende la idea de planearlo, de estar en mi habitación con una sonrisa y empacar todo lo que sera bueno según yo para cuando este en aquel lugar, y claramente como toda mujer llevo cosas de más (demasiadas) que aveces ni llego a utilizar.
Entre ellas siempre es un libro, para el camino aunque igual puedo disfrutar de tan solo mirar por la ventana ver el paisaje pasar sentir mi estomago la emoción y pensar.No faltan las paradas a las tiendas de servicio para comprar chucherías, soda, galletas, y si nos da hambre lo ideal es comer en alguna taquería cercana. De pequeña normalmente dormí en hoteles con alberca y un divertido elevador, era toda una aventura subir y bajar en el, visitar con mi hermana y mi papá pisos que no eran el mio mientras mi mamá se quedaba con la bebe en el cuarto, salir al patio con jardín, sentarme en el elegante lobbie, cenar en el restaurante del hotel y desayunar en mi cama con un pedido a la habitación.
Ahora también me gusta quedarme en casa de parientes que jamás había visto, pero que mi mamá nos cuenta historias acerca de ellos y su niñez, ya sea en un rancho en una casa algo antigua y con escaleras que crujen, o en el patio de atrás junto a la alberca de casa y dormir en una movil home todos juntos.
Me encanta.

En la secundaria me nacio la ilusion de viajar a lugares lejanos, al frio de Londres en invierno, en otoño a italia y comer spaguetti natal, en parís en un cumpleaños o aniversario de boda. Se que es posible pues tengo el permiso, el deseo.
No existen imposibles.